Elon Musk ha generado una nueva controversia al renombrar la famosa red social Twitter como «X», abandonando así su tradicional logo del pajarito azul. Sin embargo, esta audaz decisión ha llevado a la plataforma a enfrentar un problema legal, ya que la letra «X» había sido registrada previamente como marca comercial por importantes empresas como Microsoft y Meta, junto con otras cerca de 900 solicitudes en diferentes sectores.
El reconocido abogado experto en marcas registradas, Josh Gerben, advierte que «hay una posibilidad del 100% de que Twitter acabe siendo demandada por alguien por esto». Empresas como Microsoft y Meta ya habían registrado la marca «X» en el pasado, cada una asociada a diferentes ámbitos, pero esto podría no ser suficiente para evitar conflictos legales.
La obsesión de Elon Musk con la «X» se remonta a hace casi 25 años, cuando utilizó esa misma letra en PayPal, otro de sus proyectos. Ahora, su empeño por utilizarla en Twitter lo ha llevado a una situación delicada. Aunque la empresa de Redmond tenía la marca registrada en relación con su consola de videojuegos Xbox, y Meta/Facebook la había asociado a servicios de redes sociales, aún no se han hecho comentarios oficiales sobre posibles demandas.
El desafío legal no es menor, ya que proteger una letra como marca puede ser complicado, especialmente cuando se trata de una letra común y ampliamente utilizada comercialmente como la «X». Douglas Masters, otro experto en el tema, destaca que la falta de distintividad en el logo podría debilitar la protección de la marca.
Por si fuera poco, un investigador en la University College en Londres ha señalado que el logo utilizado por Musk es en realidad el carácter Unicode U+1D54F (𝕏), que ha sido empleado en libros de matemáticas desde los años 70. Esto ha llevado a comparaciones con el logo registrado por Meta, que utiliza los símbolos «mayor que» y «menor que» para formar una X, diferenciándola del logo de Twitter/X.
A pesar de las posibles consecuencias legales, Musk defiende su cambio de nombre, argumentando que el término «Twitter» ya no refleja las amplias capacidades de la plataforma, incluyendo la publicación de contenido multimedia y la futura integración de servicios financieros.
En los próximos meses, será interesante seguir de cerca cómo se desarrolla esta polémica situación y cómo responde Twitter/X a las posibles demandas y desafíos legales que enfrenta por el cambio de nombre y logo.